15 de noviembre de 2011

Diferencias entre los paradigmas en educación: ¿cuál es el mejor?



Valentina Bazán López
Estudiante de Licenciatura en Teatro
y del Profesorado en Teatro (UAHC)

I. Introducción

Para ser profesor hay que entender que enseñar y aprender tiene muchas definiciones distintas. Tanta diversidad de puntos de vista se explica por la existencia de distintos paradigmas para comprender y trabajar en la educación.

La primera tentación siempre es decir que no queremos ser conductistas o que nuestros profesores son conductistas. Si fuera tan fácil, todos seríamos constructivistas, pero eso es imposible. Entonces uno se pregunta: si los paradigmas tienen una definición propia de lo que significa aprender, ¿es posible decir que una de estas definiciones es mejor que la otra?.

El siguiente ensayo busca responder un poco a esta interrogante. Para ello, se realiza una descripción de cada uno de los paradigmas y luego un paralelo para mostrar las principales diferencias que existen entre ellos. Posteriormente, se muestra una ejemplificación para poder explicar mejor a qué se refieren en concreto los paradigmas. En la conclusión se intenta dar respuesta a esta pregunta.

II. Paradigmas educativos

Los paradigmas pueden entenderse como la forma que tenemos de comprender la realidad, tal como pensó Thomas Kuhn en 1962[1]. Este autor planteaba que la conformación de paradigmas era lineal y podían subsistir para así poder mantener una “ciencia normal” y al mismo tiempo se mantenía tranquila a la comunidad científica. En este proceso, no se veía cambio alguno, hasta el momento en que se generaba una crisis en el paradigma, y esto traía consigo el cuestionamiento y al mismo tiempo la creación de un nuevo paradigma y el desecho del paradigma anterior. Es decir, cuando el paradigma se veía en crisis, no se dudaba en desarrollar un nuevo paradigma para así poder mantener en una buena situación a la comunidad científica.

Kuhn plantea esta conformación de los paradigmas sólo para el ámbito de las ciencias tradicionales, ya que en la pedagogía y las ciencias sociales, esta idea de paradigmas lineales no tiene cabida, pues cuando un paradigma es cuestionado, no se desecha si no más bien éste sigue subsistiendo a pesar del nacimiento de un nuevo paradigma. Es decir, la estructuración de los paradigmas en el ámbito de las ciencias sociales, es en red.

Los principales paradigmas en educación son tres: Conductismo, Constructivismo y Constructivismo Radical. El conductismo y el constructivismo, son considerablemente opuestos, y el constructivismo radical, es mucho más potente que el simple constructivismo.

A continuación se explicará de manera detallada qué son y en qué consisten cada uno de los paradigmas.

2.1. Conductismo

El conductismo nos plantea que el aprendizaje puede lograrse a partir de la conexión entre Estímulo y Respuesta. En esta postura los procesos de pensamiento y motivación no pueden ser observados ni medidos, por lo tanto pierden relevancia las preguntas por las emociones, el cuerpo y los sentidos de la conducta humana, buscando solamente explicar, controlar, comprobar y generalizar, es decir, se intenta hacer que uno aprenda en base a la repetición de ciertos patrones y al refuerzo de la conducta, entonces, el aprendizaje se puede evaluar en la medida en que se vean cambios en la conducta del sujeto.

Dentro de este paradigma el educador tiene una relación desafectada con los educados, de independencia, ya que sólo les enseña con la finalidad de poder observar el cambio de conducta ya mencionado anteriormente, no preocupándose más allá del proceso de aprendizaje que pueda tener cada individuo.

Es decir, el conductismo, se encarga de producir conocimientos desde la exterioridad de la realidad sociocultural, o sea el individuo no se ve afectado por la realidad sociocultural que lo rodea. Sino que se le da mayor importancia a la búsqueda de una objetividad de conocimientos. En todo momento en el que se esta enseñando mediante este paradigma, se deja de lado cualquier aporte que el mismo sujeto pueda realizar, ya que no es relevante la reflexión en él, ni mucho menos una interpretación propia de la realidad.

Uno de los autores más destacados de este paradigma es Burrhus Frederick Skinner (1904-1990). Para Skinner, entre los principios más importantes del aprendizaje están: el condicionamiento operante, los procesos de refuerzo y el moldeamiento conductual[2]. Todavía las escuelas emplean la idea de “repaso” o de “refuerzo escolar” para señalar que se aprende repitiendo mecánicamente la conducta deseada, sin que importe mucho la motivación o la historia de cada persona. De todos modos, el conductismo ha permitido durante mucho tiempo que se modifiquen las conductas no deseadas de algunos grupos o personas, por ejemplo en casos de tabaquismo o conflictos escolares.

En suma, el conductismo se centra en el modelamiento de la conducta y en la búsqueda de aprendizajes universales y previsibles.

2.2. Constructivismo

El constructivismo busca comprender las interpretaciones que cada sujeto puede dar a su contexto sociocultural, por lo tanto entiende que cada persona puede tener distintas formas de aprendizaje y no necesariamente tiene que ser una sola, es aquí donde entra la subjetividad de los individuos ya que es en base a ésta que se trabaja. Es, por lo tanto, una mirada desde la interioridad de las personas involucradas en el proceso de aprendizaje.

Estos aprendizajes constituyen construcciones mentales del sujeto y pueden ser alcanzados mediante la conversación, la libre expresión de los sujetos o la reflexión crítica de parte de los individuos.

En esta postura la relación entre el educador y el educando es muy cercana y supone un profesor que promueve aprendizajes significativos a partir de las experiencias previas de sus estudiantes. En este caso, la cultura y la historia de cada estudiante ocupan un papel muy importante.

Dentro del constructivismo destaca el aporte de Jean Piaget (1896-1980). Este autor creó una teoría del desarrollo del sujeto a partir del cual se logra conocer las capacidades de éste para aprender un conocimiento simple o complejo, concreto o abstracto.

Estas etapas implican una construcción en el individuo que se traduce en mayor desarrollo y en que el educador sea respetuoso de las características propias de cada niño. Para él: “… el desarrollo es, por tanto, en cierto modo, una progresiva equilibración, un perpetuo pasar de un estado de menor equilibrio a un estado de equilibrio superior”[3].

En resumen, el constructivismo es contrario al conductismo justamente porque considera al estudiante que evoluciona y aprende pero en su totalidad, y no en una parte menor de su existencia.

2.3. Constructivismo radical

Este paradigma educativo es muy similar al constructivismo, pero involucra una profundización de los elementos socioculturales del aprendizaje.

Aquí entra en juego todo lo que tiene que ver con lo político, es decir, aparte de buscar un aprendizaje significativo este paradigma se preocupa de dar una mirada crítica al entorno sociocultural del sujeto para que éste pueda ser capaz de analizarlo y producir un cambio social en su entorno.

En este sentido, el papel del profesor es alentar procesos emancipatorios y transformadores en las personas y la sociedad, conectando siempre la teoría con la realidad.

Lev S. Vigotsky (1896-1934) es uno de los autores más destacados en este paradigma, especialmente con su concepto de Zona de Desarrollo Próximo (ZDP)[4], que quiere decir que todos los estudiantes pueden aprender siempre que se considere su contexto, el nivel de desarrollo que tenga y sobre todo que un educador medie entre él y el nuevo aprendizaje.

Paulo Freire (1921-1997) es otro de los representantes de este paradigma. Es considerado el pedagogo más destacado de América Latina[5]. Freire criticó la educación autoritaria de las escuelas brasileñas y destacó el rol del diálogo y la confianza en la relación entre el educador y el educando, señalando que el acto educativo es un acto político. Fue valiente para decir que “La pedagogía neoliberal combate la posibilidad del sueño. Y la imposibilidad del sueño impide el mañana”[6].

En suma, el constructivismo radical es un constructivismo más social, más político y más transformador de la persona y de la realidad sociocultural.

III. Elementos diferenciadores entre los paradigmas educativos:

A continuación se muestra un cuadro que resume los elementos diferenciadores de los paradigmas, agrupados en conductista versus constructivista[7]:

Conductismo
Constructivismo-Constructivismo Radical
1. El maestro habla y los estudiantes escuchan.
1. Las destrezas y procesos del pensamiento son más útiles, que la colección de datos específicos, en los agentes educativos.
2. Le interesa sólo el saber.
2. Le preocupa el ser del hombre, integralmente. Busca que sea más culto que erudito.
3. Robotiza a los agentes educativos mediante la acriticidad, la imitación, la mecanización, el egoísmo.
3. Humaniza a los agentes educativos mediante la creatividad, criticidad, cooperación y compromiso.
4. No concibe la importancia de la sociología ni de otras ciencias afines.
4. Asume criterios de la sociología de la educación y de otras ciencias afines.
5. Promueve aprendizajes de recepción mecánica.
5. Se preocupa por aprendizajes significativos.
6. El aprendizaje se deriva de la enseñanza de comportamientos puntuales.
6. El aprendizaje se deriva de la experiencia en situaciones complejas.
7. Usa métodos tradicionales, más expositivos.
7. Usa diversidad de métodos activos, dialógicas y grupales para garantizar el aprendizaje infantil.
8. El profesor es un dictador de clases.
8. El profesor es un organizador de aprendizajes.
9. La pedagogía consiste en que el educador enseña al educando lo que sabe, siguiendo un programa con una secuencia de pasos precisos que se define desde los comportamientos más simples hasta los más complejos.
9. La pedagogía consiste en propiciar un conjunto amplio y variado de experiencias, inscritas en contextos complejos que produzcan en el sujeto los desequilibrios que modifican los esquemas de conocimiento.
10. El curriculum impositivo. De alguna manera, algunos estudiantes aprenden algo de lo que el maestro ha hablado. Pero ¿a que precio? Y sobre todo, ¿Qué tanto dura este aprendizaje?
10. El niño tiene libertad para escoger y decidir sus actividades y proyectos. Sus aprendizajes son más interesantes y duraderos.

IV. Ejemplos de aprendizaje en cada paradigma:

Como una manera de ilustrar las diferencias entre ambos grandes paradigmas educativos, se ofrece ahora un ejemplo concreto aplicado a la formación teatral:

Conductismo
Constructivismo-Constructivismo Radical

Entra el profesor a la sala y los alumnos ya están preparados para hacer training, el profesor no da ninguna indicación y se pone ropa cómoda para poder realizar la clase junto a los alumnos.

Comienza a saltar y los estudiantes lo siguen. En algún momento de la clase, un grupo de alumnos comienza a reírse y el profesor muy enojado les dice que este no es el momento para tener esas actitudes, que deben mantener silencio y concentración para así poder llevar a cabo la clase de una buena manera.

Más que nada el profesor se dedica a enseñar mecánicamente a los alumnos y no a que comprendan el proceso que se debería llevar a cabo internamente, en relación a lo que se está trabajando.

Al final de la clase, el profesor saca adelante a la alumna que más problemas tuvo y la pone como ejemplo de lo que no se debería hacer para llegar a ser un buen actor.

Llega el profesor y saluda a sus alumnos empáticamente. Antes de comenzar la clase, pide que hagan un círculo en el centro de la sala, para poder conversar sobre lo que se ha aprendido hasta ese minuto durante el proceso de las clases.

Luego de eso, se da inicio al training, y el profesor siempre se muestra preocupado del proceso personal de cada alumno, prestando especial atención a dos estudiantes que han demostrado mayor dificultad en la clase.

Al final de la clase, se realiza una evaluación de tipo constructivista en que cada estudiante expresa lo aprendido y propone ejercicios para realizar durante la semana a modo de trabajo personal.

El profesor aprovecha de pedir que participen responsablemente de la marcha estudiantil convocada para esa semana, sin caer en gestos de violencia.

El grupo se despide deseando tener un buen día para todos.



V. Conclusiones: ni uno ni dos paradigmas, sino todos…

Finalmente, en relación a la pregunta de entrada, se señalan las siguientes conclusiones:


  1. El conductismo ha sido un aporte al desarrollo de la educación, superando ideas tradicionales anteriores.

  1. Sin embargo, el conductismo ha perdido importancia frente a la llegada del constructivismo. Pero nunca como para decir que se ha extinguido, sigue vigente y ayuda a distintos procesos educativos, como por ejemplo el trabajo con niños con deficiencia mental.

  1. El constructivismo, por su parte, nos ha ayudado a entender que el niño que aprende es un sujeto que merece ser tomado en cuenta, que no todos aprendemos de la misma forma, que el aprendizaje es una construcción activa del estudiante.

  1. Sin embargo, este constructivismo no tiene una mirada política que promueva cambios en el contexto social de la escuela y la familia.

  1. El constructivismo radical ha cambiado fuertemente la educación al ser más sensible a la formación social y política, enseñando que la labor de un profesor es la emancipación y el logro de aprendizajes significativos.

  1. Entonces, no se puede decir que un paradigma es mejor que otro. porque depende del momento y del lugar en que se de el acto educativo. No es lo mismo la educación parvularia que la universitaria, no es lo mismo aprender las tablas de multiplicar que aprender a convivir.

  1. En síntesis, la pedagogía es una ciencia o una profesión multiparadigmática, lo que exige mucha tolerancia e inteligencia a los profesores.


Bibliografía

1.      Bazán, D. (2008). “El oficio del pedagogo”. Rosario: Homosapiens.

2.      Calero, M. (2009). “Constructivismo pedagógico: teorías y aplicaciones básicas”. México: Alfaomega.

3.      Fernández, J. (2007). “Paulo Freire y la educación liberadora”. En: Trilla, J. (Coord.). “El legado pedagógico del siglo XX para la escuela del siglo XXI”. Barcelona: Graó.

4.      Gros, B. (2007). “Burrhus Frederick Skinner y la tecnología en la enseñanza”. En: Trilla, J. (Coord.). “El legado pedagógico del siglo XX para la escuela del siglo XXI”. Barcelona: Graó.

5.      Palacios, J. (2010). “La cuestión escolar”. Buenos Aires: Colihue S.R.L.



[1] Bazán, D. (2008). El oficio del pedagogo. Rosario: Homosapiens.
[2] Gros, B. (2007). “Burrhus Frederick Skinner y la tecnología en la enseñanza”. En: Trilla, J. (Coord.). El legado pedagógico del siglo XX para la escuela del siglo XXI. Barcelona: Graó.
[3] Piaget, J. (1967). “Seis estudios de Psicología”. Barcelona: Six Barral, pág. 11. Cita aparecida en: Palacios, J. (2010). “La cuestión escolar”. Buenos Aires: Colihue S.R.L.
[4] Calero, M. (2009). “Constructivismo pedagógico: teorías y aplicaciones básicas”. México: Alfaomega.
[5] Fernández, J. (2007). “Paulo Freire y la educación liberadora”. En: Trilla, J. (Coord.). El legado pedagógico del siglo XX para la escuela del siglo XXI. Barcelona: Graó.
[6] Idem. Pág. 333.
[7] Tomado de Calero, M. (2008). Op. Cit.