20 de mayo de 2008

¿Por qué la Integración en la Escuela?


Decálogo para pedagogos críticos e integradores

Domingo Bazán Campos[1]


1. Hemos aprendido que sin educación no llegamos a alcanzar o desarrollar lo mejor de cada uno de nosotros.

2. Hemos comprendido que la educación nos incorpora a la sociedad, pero también que la educación nos puede marginar de ella.

3. Hemos valorado que la mejor forma de vida es la democracia, donde todos somos sujetos de deberes y derechos.

4. Hemos asimilado la idea de que la escuela es un espacio privilegiado para educar(nos); un espacio que, con todo, debemos mejorar ostensiblemente.

5. Hemos imaginado que la escuela encierra un tesoro: el de poder aprender a saber, aprender a ser, aprender a pensar, aprender a estar juntos.

6. Hemos comprendido que la escuela tiene el deber ético y político de acoger a todos aquellos que somos iguales o distintos.

7. Hemos aprendido que efectivamente somos diferentes y que la diversidad lejos de ser una enfermedad es una experiencia legítima y enriquecedora.

8. Hemos ido entendiendo que la educación puede y debe enseñarnos a ser legítimamente diferentes.

9. Hemos argumentado que la integración es posible y necesaria, siempre que sea hecha con amor, seriedad y compromiso. Siempre que sea tan incluyente como liberadora y transformadora.

10. En suma, hemos afianzado la convicción racional y razonable de que la integración -la posibilidad de vivirla en nuestras escuelas- es el mejor indicador de que los pueblos son auténticamente democráticos y que poseen una educación de calidad.

[1] Profesor de la Carrera de Pedagogía en Educación Diferencial de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Mayo de 2008.

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