Luis Pincheira
1. Una mirada a la realidad actual
En los últimos años la participación de padres y apoderados/as, en educación ha sido tema de discusión, especialmente por tres razones:
En primer lugar, por la relación encontrada, en algunas evaluaciones realizadas en educación básica, en la articulación de padres, apoderados/as y escuela donde los alumnos/as logran mejores aprendizajes; en segundo lugar, por el reconocimiento, como primeros educadores de su hijo/a demostrándose el impacto positivo que puede tener una educación temprana de calidad en el desarrollo y aprendizaje, y en tercer lugar porque padres, apoderados/as aparece como un espacio privilegiado para lograr una ampliación de la cobertura de la educación de la primera infancia.
Las políticas de participación de padres, apoderados/as en el sistema educativo plantean una misión común de la institución educativa y del hogar. En este sentido, la educación pensada como formación y promoción de valores y actitudes vitales, sólo puede realizarse plenamente dentro de ámbito de padres, apoderados/as y escuela. Los progenitores como medio natural de desarrollo del hombre, y la escuela, como institución social encargada de formar ciudadanos.
Alain Touraine (1994) plantea “No hay democracia sin conciencia de pertenecía a una colectividad política”, Y añade unas líneas más adelante. “La democracia descansa sobre responsabilidad de los ciudadanos”. Si padres, apoderados/as no se sienten miembro de una comunidad educativa, si no se sienten responsables de lo que pasa dentro de ella, la participación no existirá o, si existe, será una mera farsa.
“El concepto de ciudadanía es complejo y requiere un análisis cuidadoso, viene a ser una respuesta al malestar de la modernidad, que se caracteriza por el individualismo, la primacía de la razón instrumental y la perdida de la libertad. La idea y la realidad de ciudadanía parecen integrar demandas de la justicia y de la pertenencia a una comunidad y su concepto alcanza la dimensión moral y cognitiva, es decir las actitudes, los conocimientos y las destrezas de la tarea cívica desde la perspectiva de un debate en común” (Sánchez Torrado, 1998)
El objetivo que tiene este artículo es reflexionar sobre la participación de padres y apoderados/as en la escuela, para abrir espacio colaborativos de dialogo, ciudadanía y democracia cuyos esfuerzos en conjunto eduquen la nuevas generaciones de chilenos/as del siglo XXI con aprendizajes de calidad y equidad y a la vez con sentido ciudadano a favor de construir una sociedad más justa y humana.
El método utilizado es una revisión a la bibliografía sobre documentos de la política educacional, informes de comisiones especiales, discursos de personalidades del quehacer nacional e investigadores que plantean ponencias y discusión sobre la participación de padres, y apoderados/as como agentes colaborativos.
La participación de padres y apoderados/as en la escuela es un tema que repercute en el aprendizaje de su hijo/a, refuerzan los valores y forma al futuro ciudadano/a como capital humano, en un proceso de influencias reciprocas, donde la implicancia es el centro del debate.
2. Informes que relevan la participación de padres y/o apoderados en la escuela.
En nuestro país, se elaboraron por los años 90 dos informes fundamentales, en los sectores de educación y familia. Participaron personalidades de diversos sectores del quehacer nacional, ambos informes concluyen en la relevancia de padres y apoderados/as en la escuela para formar personas.
El informe de la Comisión Nacional de la Familia plantea lo siguiente: la tarea socializadora del individuo, se realiza en sus primeras etapas junto a su padre y madre, el cuál cumple un rol importante respecto al desarrollo de la persona en su conjunto y a la adquisición de habilidades y destrezas que le permiten incorporarse más adelante a la sociedad” (Sernam, 1992:50).
El segundo “Informe de la Comisión Nacional para la Modernización de la Educación”, señala en una de sus partes: “Un esfuerzo nacional por mejorar la calidad de la enseñanza debe necesariamente incluir a padres y apoderados.
“En efecto, los cambios ocurridos en la estructura de la familia, la creciente incorporación de la mujer al mercado laboral y el impacto de los medios de comunicación obligan a apoyar a padres y madres para que pueda atender las necesidades básicas de educación de su hijo/a sobre todo en la etapa de formación preescolar pero también en los momentos más cruciales del desarrollo psico afectivo del niño y el joven... Por eso abrir la escuela a padres y apoderados/as contribuye a hacer de ambos sistemas, familiar y escolar una unidad que contribuye a mejorar el proceso educativo de su hijo/a y a apoyar su formación como persona” (Brunner, 1995:70).
Según Brunner hay que constribuir a crear espacio en la escuela, para que padres, y apoderados/as asuman un papel de colaboradores en forma sistemática y participativa, como uno de los actores del proceso formativo y educativo.
“Padres y apoderaos/as deben estar al tanto de logros e insuficiencias de rendimiento académico de su hijo/a, preocupados que tengan responsabilidad y compromiso en la educación de su hijo/a, para que acceda a mejores oportunidades, en una relación causa efecto, que pregunten, cooperen y ejerzan sus derechos y responsabilidades” ( M, Alwyn, 2001).
La Secretaria de Estado alude a mejorar los resultados, del sistema escolar a través de "Padres, y apoderados/as más responsables de qué y cómo aprenden su hijo/a" y una mayor organización de los centros de padres.
En su intervención, la Ministra manifiesta que es un tema crucial para mejorar la calidad y equidad de la educación, la participación de padres y apoderados/as. "Todas las experiencias exitosas así lo revelan, una escuela con buenos resultados es una escuela que tiene una alianza potente cuyos padres tienen preocupación por la calidad de la educación de su hijo/a".
El sistema escolar necesita de padres y apoderados/as más responsables con su hijo/a e involucrarse en su aprendizaje, además de organizaciones de centro de padres que oficien de interlocutores, en conjunto con los demás actores educacionales sostenedores, docentes, municipios y otros.
El hermetismo que caracteriza a algunos centros escolares, desencuentro de expectativas de padres, apoderados/as y docente con ciertos prejuicios, impiden desempeñar una actitud dialógica en pos de estrechar lazos.
Enguita (1994) plantea “En conjunto y con la siempre peculiar esperanzadoras excepciones, el profesorado busca padres y apoderados/as colaboradores, pero no codecisores, pues en su visión de la escuela la presunta asimetría del conocimiento debe reflejar en una asimetría del poder”.
M. Alwyn (2002) dice “Las constataciones empíricas muestran que a medida que el niño avanza en el sistema escolar, se acrecienta la distancia entre padres, madres y la escuela. Encantar una mayor participación de los padres y apoderados/as en el proceso educativo de su hijo/a, es una gran tarea que requiere romper con las viejas tradiciones, en que la participación se expresa de un modo reduccionista a través del pago de cuotas, rifas y otras actividades de tipo económico”.
Por otra parte, se necesita de organizaciones fuertes que representen la diversidad. Por lo tanto ambos actores escuela, padres y apoderados/as tienen tareas concretas para posibilitar esta relación de colaboración y participación.
Según el Mineduc, (2002:15) “Las Políticas de participación de padres y apoderados/as en el sistema educativo se enmarcan dentro de las orientaciones que tiende a aumentar la participación ciudadana y fortalecer la sociedad civil. Estas orientaciones propone desarrollar con fuerza la participación de Chilenos/as en todos los ámbitos de la vida nacional, buscando promover un mayor involucramiento de las personas en materias de dominio público que las afectan cotidianamente, y el fortalecimiento de su rol de ciudadanos”.
En el párrafo anterior se menciona las prioridades del gobierno de la época, que invita a aumentar la participación en todos los ámbitos del quehacer nacional haciendo un llamado a incorporar a padres y apoderados/as en pos de contribuir a fortalecer un mejoramiento en la educación.
“La política ministerial citada agrega que la participación requiere, por una parte, que el sector público tenga la apertura, genere la información y establezca espacios y mecanismos que acojan las preocupaciones, necesidades proveniente de la ciudadanía. Incorpore y apoye la participación de padres, apoderados/as y comunidades locales estableciendo convenios de gestión con municipios, capacitación y talleres a profesores y comunidades” (Lagos, 2001:9).
Según estas orientaciones, se requiere del compromiso de la comunidad educativa, padres, apoderados/as, alumnos, docentes y sostenedores centren esfuerzos en construir espacios educativos en una convivencia sana y participativa que beneficie a su hijo/a a descubrir la gran aventura de aprender, valores humanitarios y cognitivos.
Se necesita que la institución escuela sea una verdadera comunidad de aprendizaje, con una nueva modalidad de gestión en relación a la participación donde todos los actores sean protagonistas del quehacer institucional.
La política educacional vigente, valora el fortalecimiento y estabilidad de organizaciones de centro de padres y/o apoderados que tiene el rol de colaboración y control en la gestión educativa.
El documento de política de participación de padres, madres y apoderados/as en el sistema educativo establece dentro de los compromisos particulares que asigna al Ministerio de Educación, acciones tales como: (Mineduc, 2002:22)
1. Fortalecer los mecanismos de participación de los programas educativos.
2. Promocionar la incorporación de todos los actores de la comunidad educativa en la generación de normas de convivencia escolar.
3. Fortalecer las organizaciones y la participación en el sistema educativo de los Padres, Madres y/o Apoderados / as.
4. Desarrollar programas de capacitación sobre participación de la por padres y madres docentes y directivos
5. Crear materiales de apoyo a los centros de padres y apoderados
6. Realizar intercambios de experiencias entre centros de padres y apoderados.
7. Revisar la normativa existente sobre constitución de centros de padres y/o apoderados.
3. Miedos e inseguridades de la escuela para asumir tareas de participación compartida
La democracia constituye una forma de organización y de gobierno que no concibe el ejercicio del poder de forma autocrática, la concepción del poder es antitética con el monopolio del mismo por unos pocos o por un solo individuo. Por eso creo que hay que fortalecer los órganos colegiados frente a los órganos unipersonales en las escuelas, tendencia que no esta fielmente asumida en la cultura escolar.
Se entiende por participación educativa como un derecho primordial de la persona. A este respecto Sánchez de Horcajo dice: “La participación educativa viene postulada desde la misma naturaleza de la persona y del acto educativo, se trata de confiar en la capacidad de todos los hombres de realizar tareas responsables en la gestión de su propia existencia” (Sánchez de Horcajo, 1979: 46)
La participación educativa tiene un enorme abanico de posibilidades y distintos grados o niveles.
Domingo Bugeda. (1994) manifiesta que la participación de padres y apoderados/as en la escuela, se justifica porque la educación no es un asunto puramente técnico, a manejar por expertos o profesionales, sino que es delegación de una función social.
Entonces, participar es integrarse activamente a la comunidad educativa con el fin de aportar al mejoramiento de la calidad de la educación. Padres, y apoderados/as han permanecido por mucho tiempo alejado de la escuela, nada deciden a lo sumo opinan sobre el aprendizaje y el comportamiento de su hijo/a. Las estructuras no dan cabida a la participación, las leyes guardan silencio sin dar respuesta a un deseo y aun derecho
La participación incluye múltiples formas en que padres y apoderados/as puede hacer su aporte como lo señala el documento Política de Participación.
La participación en la escuela debe verse de una manera amplia y no limitada “se entiende la participación como un proceso de involucramiento de personas y grupos en cuanto a sujetos y actores en las desiciones y acciones que lo afectan a ellos o a su entorno” (Mineduc, 2002:27)
En la actualidad las orientaciones políticas en educación, plantean una colaboración estrecha de padres y apoderados/as y la escuela, como el mejor medio para conocer al niño, sin embargo existen miedos e inseguridades en asumir una tarea compartida. Si un maestro pretende tener en cuenta las necesidades y posibilidades de su educando, deberá tener en cuenta el conocimiento previo de cómo se relaciona con el entorno de padres y apoderados/as.
Los padres y apoderados/as con hijo/a con buenos resultados en la escuela reúnen ciertas características entre las que destacan, límites claros, diálogos e interacciones permanentes que enriquece, el uso del tiempo y su participación.
Las razones que se señalan, de la participación de padres y apoderados/as permite fortalecer la continuidad del traspaso entre los valores del hogar y la escuela, reduciendo conflictos que se presentan al verse inmerso en mundos culturales diferentes, que a veces aparecen opuestos y contradictorios.
Muchas organizaciones de Centros de Padres y/o Apoderados consideran que no debe existir una brecha en el trabajo colaborativo en el proceso educativo, dos campos separados que se ignoran o que se miran con reciprocas reservas, lo deseable es la interacción en un clima que asegure unidad y confiabilidad para aunar esfuerzos en pos de mejorar resultados que beneficien al alumno/a.
4. La participación de padres y apoderados/as en la escuela requiere una demanda colegiada.
La participación y colaboración de padres y apoderados/as en el proceso educativo puede mirarse de acuerdo con las distinciones que propone (Swap, 95: 1995). Transmisión escuela – familia colaboración para el éxito escolar, “Aprendizaje Interactivo” y “Colaboración para el éxito escolar”.
En la visión transmisión escuela se otorga a la institución escolar el poder de determinar qué y cómo deben apoyar los padres la educación de su hijo/a.
En cambio, por su parte en la visión “Aprendizaje Interactivo” se reconoce que existen diferencias importantes y valiosas entre la cultura de la escuela y los padres, es necesario poner en conversación y diálogo a estas dos culturas.
Finalmente en la visión colaboración para el éxito escolar, integra elementos de las dos visiones anteriores, que pone énfasis en el respeto mutuo y la acción conjunta entre la escuela y padres para apoyar el proceso escolar de su hijo/a.
En este modelo, padres y apoderados/as y escuela se asocian y comparten la misión educativa; se asume el éxito escolar como meta; el currículo se enriquece con las experiencias cotidianas de los niños, y la comunidad educativa ejerce la participación de todos los actores.
La participación de padres y apoderados/as en la escuela es un tema que repercute, en el mejoramiento de la calidad en educación.
“La participación de padres y apoderados/as” aumenta los éxitos de los estudiantes, en ambientes rurales, urbanas y suburbanas y en todos los niveles socioeconómicos dicha participación es clave en el éxito del alumno/a (Decker, 1995)
Tedesco (1995), Muñoz (1995), Swap (1995), plantean invariablemente, que este factor es uno de los que más contribuyen a que niño/a tenga éxito en su vida escolar.
La participación de padres y apoderados/as a veces se entiende por la demanda que realiza generalmente la escuela con la contribución y mejoramiento de aspectos materiales del establecimiento, pocas experiencias superan el umbral en las que se pase, decididamente, al plano educativo y pedagógico que en definitiva es lo que marca la diferencia.
La escuela debe hacer el esfuerzo para adecuarse al contexto sociocultural, como punto de partida de todo programa educativo, la incorporación del bagaje cultural de padres y apoderados/as posibilita integración y participación en la comunidad educativa.
La relación directa entre escuela, padres y apoderados/as es el primer eslabón de comunicación y participación que el niño/a necesita para integrarse al proceso educativo. Si se pretende que padres y apoderados/as aporten a la calidad de la educación se requiere de una demanda informada. La educación a diferencia de los bienes de consumo demuestra su calidad en el largo plazo y no es fácil y previsible. (García, 1989:275)
Es evidente que en los primeros años de vida del niño/a, padres y apoderados/as, es la institución más importante por lo cuál, el trabajo educativo y su finalidad es de apoyarlo para fortalecer su capacidad en la crianza y desarrollo. (Vaccaro, 1994). Sin embargo, consciente de ello o no, padres y apoderados/as ejerce una influencia permanente en el desarrollo de su hijo/a que tiene incidencia significativa en su rendimiento escolar.
Desde la infancia influye en la formación del auto- estima, en el modo como asume su identidad sexual, como aprende a ejercer su inteligencia y autonomía y cómo se comporta en relación con los demás.
Padres y apoderados/as con educación formal, o sin ella puede incentivar la confianza para expresar sentimientos, estimular el lenguaje oral en la conversación, la imaginación a través del juego, por medio de preguntas se puede estimular la curiosidad, la investigación, el descubrimiento, la responsabilidad se puede ir logrando a través de proyectos y tareas compartidas en el hogar.
Consciente de todo esto, la escuela debe manejar mayor información de padres y apoderados/as y el contexto donde se sitúa, para entregar orientaciones sobre el papel activo que juega como educadora de su hijo/a.
Por otra parte la escuela debe ser acogedora e integradora en una participación activa como protagonista y parte del entramado de esa comunidad educativa. Padres y apoderados/as deben interesarse del funcionamiento de clases, contenidos de asignaturas, dinámica de funcionamiento del colegio, etc.
Es primordial que la escuela habrá nuevos espacios participativos a padres y apoderados/as en la etapa escolar, desterrando esquema estático y verticalita, con una nueva opción de creatividad, en función y referencia a sus necesidades y expectativas, en un trabajo conjunto de retroalimentación permitiendo aportar saberes y experiencias que beneficien a tener experiencias gratificantes en el inicio del proceso educativo.
Padres y apoderaos/as al comenzar su actividad como parte de la escuela, son invitados a una serie de actividades, “La mayoría se muestra interesada en conocer el progreso de su hijo/a y es ése el motivo principal para asistir a reuniones de padres y apoderados” (Assael, 1989:148).
Padres y apoderados/as colaboran en rifas, bingos, convivencia y otras actividades para fondos en beneficios de la escuela, “Si bien para algunos padres las actividades de la escuela significan una forma de inclusión, al transcurrir los años para la mayoría constituyen una imposición que sólo la cumplen para no perjudicar a su hijo/a, para no sentirse humillado frente a los demás, y para no sentirse “diferente” (Assael, 1989:150)
La participación de padres y apoderados/as en la escuela, implica hacerse parte del acompañamiento de sus hijo/a para obtener logros, entregando legitimidad al rol docente y fortaleciendo el rol de padres en los procesos educativos, además genera un apoyo educativo aunando fuerzas, que se hacen responsables de logros y fracasos del desarrollo educativo del alumno/a.
La participación padres y apoderados/as no es solamente pedir la colaboración económica, asistencia a reuniones y entrevistas, sino colaborar activamente en el proceso educativo. Sin embargo, la cultura participativa no se improvisa, hace falta un tiempo de diálogo recíproco donde esté el respeto y la colaboración desterrando los tipos de intervenciones: “Yo creo que los profesores deberían hacer esto.” o “Lo que tendrían que hacer los padres”
La complejidad del mundo actual, exige tener una formación integral para desarrollarse como persona e insertarse en la sociedad, el desarrollo de las ciencias psicológicas y sociales han demostrado la importancia del trabajo entre el hogar y la institución educativa en el proceso educativo, formación de valores y lo principal formar el capital humano en una dinámica participativa, dialógica y democrática. La diversidad de padres y apoderados/as, desafía a la escuela y educadores para modificar significativamente sus expectativas, conocimientos y herramientas que facilite un trabajo colectivo, para concebir una sociedad civil con sentido participativo.
5. Reflexiones finales:
- La escuela actual se ve desafiada a abrir nuevos espacios, donde la creatividad es un elemento importante de la participación, los mecanismos de innovación están frenado y pocos estimulados.
- La escuela en el ámbito de la relación de padres y apoderados/as tiene un deber de difundir y publicar aquellas experiencias positivas, tangibles, en el trabajo cotidiano, para levantar nuevas plataformas de discusión e innovación.
- La participación de padres y apoderados/as garantiza el control democrático de la educación. porque el control descendente jerárquico, tiene el inconveniente de generar indiferencia y miedo.
- Convertir las plataformas de participación en escenarios y ocasiones de aprendizaje entre todos los actores y protagonistas. En la institución educativa la participación no es sólo un instrumento para mejora la gestión sino un camino para la formación de los protagonistas.
- La participación de padres y apoderados/as es, pues, un fruto en sí misma, no sólo tiene un valor instrumental, como pueda suceder en otro tipo de organización diferente a la escuela, a través del proyecto educativo la escuela gana riqueza, coherencia y efectividad.
- La participación, más allá de la mera representación, es una actividad de permanente interrogativa pública y del publico se obtiene en las instituciones sociales la búsqueda de su transformación.
Referencias
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